Adviento

Queridos hermanos y hermanas: Esta carta llega a vuestras manos al comienzo del Adviento, y con él, el año cristiano. Este tiempo de Adviento que la Iglesia propone a nuestra meditación es un tiempo privilegiado para reflexionar sobre lo que estamos viviendo, para escuchar y comprender mejor lo que el Señor espera de nosotros.

Es un tiempo apremiante para aprender a discernir la presencia de Dios en medio de nuestra historia, tan agitada y tormentosa en todos los campos. Una historia de aturdimiento y desconcierto ante una crisis que exige una regeneración moral y una apuesta en práctica de los únicos y grandes valores de la ética: la honradez, la recta conciencia, la solidaridad, la verdad y la paz. Jesucristo, nos llama a permanecer fieles y audaces en nuestro lugar de trabajo y dar testimonio.

Las palabras del evangelista Marcos, nos brindan las dos claves para el Adviento en nuestras vidas: “Estad atentos y vigilad” (Mc 13, 33-37). En este sentido, nuestra actitud es luchar y estar vigilantes con audacia y aplomo, pero sin acritud ni sacralizaciones del pasado.

Sólo con el alma pobre de Isaías (Is 40-25,31), con el alma de conquistador de Juan el Bautista desde una profunda comprensión (Lc 3, 3-6) y con el alma sencilla de María (Lc 1, 38), seremos capaces de vivir un Adviento y Navidad cargados de esperanza. Y desde estos textos bíblicos debemos ser un Adviento para la sociedad en que vivimos. Un Adviento crítico, pero un Adviento que propone la urgencia a una profunda conversión, que nos lleva al encuentro de esa Luz Grande, proclamada por el profeta Isaías (Is 9,1-6), con la seguridad de que Dios nunca nos abandona. El Señor, mantiene el control de la historia, nunca está ausente en situaciones de crisis. Con la certeza de que en cada día, existe un futuro esperanzador para todos los hombres.

Que el año cristiano, la urgencia del Adviento, y el gozo de la Navidad de “hoy”, sean motivo para repasar todas las ilusiones y firmes esperanzas que deben mover nuestras vidas de bautizados, en los espacios y tiempos dificultosos que nos toca vivir. Que desde la bella imagen de los pastores de Belén, aprendamos a dejar miedos, apatías, tensiones y confrontaciones, para que superando el “frio” de este tiempo histórico, cuajado de posibilidades y amenazado por serias dificultades, nos podamos encontrar con el Nacido y volver a nuestro mundo contando lo que hemos visto y oído, con la profunda convicción de que la civilización del amor comenzó en Belén y sigue en la Galilea de nuestra historia (Lc 2, 8-20).

Que María, Navidad viviente y modelo de Adviento, nos muestre siempre al Emmanuel, fruto bendito de su vientre.

Bienvenido ADVIENTO, que te acercas a nosotros con tu hermosa lámpara encendida.

SESENTA Y UN AÑOS DE HISTORIA

Sesenta y un años de historia humana y “sobrenatural” acaecidos en una pequeña aldea llamada San Sebastián de Garabandal (Rionansa-Cantabria-España) y desde este lugar a varias partes del mundo atraídas por tal acontecimiento que sobrepasa la mente humana. El 2 de Julio de 1961 se hicieron realidad las palabras de la Sagrada Escritura (Lc 1, 39-48). La gran Madre se acercó a todos los hijos para traernos el mensaje de Jesucristo fruto bendito de su vientre, y hoy 2 de Julio de 2022, queremos celebrar desde la fe y desde la fraternidad tal acontecimiento. Cientos o miles de peregrinos han visitado durante este tiempo este sencillo y tranquilo lugar. Gracias Madre por tu visita, por tu presencia y cercanía entre nosotros. Es una fecha para darle gracias a nuestra Señora de “Garabandal”, por tantas gracias recibidas, por tantos peregrinos, servidores, sacerdotes, religiosos/as que han pisado estos caminos, esta calleja, estos pinos, pero, sobre todo, la Iglesia donde está el Señor permanentemente.

Nos ponemos nuevamente como hace sesenta y un años en sus manos para seguir caminando juntos en la fe de Cristo en la esperanza que no defrauda ,y en el amor que se hace. En la Virgen pongamos nuestra esperanza en este mundo cuajado de dificultades y de retos, para ser testigos fieles y humildes del Evangelio de la misericordia y la ternura de Dios, sabiendo que María es el Evangelio vivo de Cristo. Garabandal no necesita defensores triunfalistas ni forofos que nos hagan propaganda de la Virgen y su aparición, sino urge la necesidad de TESTIGOS humildes y silenciosos que con su vida coherente y sincera, nos hagan percibir el amor de la Virgen y la verdad de su aparición. Garabandal no ha muerto. La Virgen vive en medio del mundo y es la Madre de Jesucristo y nuestra Madre. No estamos huérfanos. Ella quiere hacer de este lugar, no un bazar de dineros, ni un lugar de confrontaciones raras que atentan contra la luz y la fuerza del Espíritu Santo. La Virgen quiere hacer de este lugar una gran familia de hermanos, que viven con profundidad la carta magna del Evangelio-las bienaventuranzas y de esta manera este lugar será un vergel de silencio, de paz, de Dios, de María y de los hermanos unidos, guiados por el Espíritu Santo en oración fraterna con la Madre (Hch 2, 1-4). Debemos hacer un compromiso donde Garabandal no se convierta en un “babel” donde cada uno y cada grupo se inventan su Dios, su Espíritu Santo, su Virgen, su Iglesia y sus pastores. Dejemos que Dios sea Dios y que María sea María.

En estos momentos se impone conjugar armónicamente tres palabras que el Papa Francisco ha mencionado alguna vez:

1 )CAMINAR en medio de un tiempo difícil, vientos huracanados, tempestades tenebrosas, comunismo, políticas corruptas que atentan contra la cultura de la vida y la dignidad de la persona, atentados contra el plan originario de Dios. Pero siempre empuñando el bastón de la fe con osadía, coraje y aplomo. Sabiendo que Jesucristo, el Hijo de Maria, nos ha dicho: “Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 16-20). Agarrados del “delantal” de nuestra Madre ,sigamos caminando pues ella nos acompaña siempre en esta peregrinación, para ello ha venido a prisa a esta montaña y tantas montañas de Judá. 2 )EDIFICAR con nuestra entrega y tesón evangélico la Iglesia de Cristo, no la Iglesia “caprichosa” de nuestras mentes. La Iglesia del Espíritu Santo cuya piedra angular es Cristo y nosotros las piedras vivas. Es urgente y serio edificar “Garabandal” sobre la verdad de Jesucristo, su Evangelio y su Iglesia con la luz del Espíritu Santo, teniendo la seguridad que María está siempre invitada a las bodas de este mundo (Jn 2, 1-11) para ser luz y guía de nuestros acontecimientos y nuestras noches. Es imperativo edificar “Garabandal” sobre el silencio sincero, donde no suene el ruido del dinero ni las confrontaciones escandalosas que atentan contra la comunión eclesial y por tanto contra la Virgen que es madre de la Iglesia. Es nefasto en todos los aspectos decir que los obispos de Santander han perseguido, ignominiosamente, las apariciones de la Virgen de Garabandal. La Iglesia diocesana siempre ha actuado con prudencia, sensatez y respeto a una realidad que conocen mejor que nosotros en sus connotaciones. Se reclama una paciente esperanza para ver el final y cumplimiento del aviso (cuya fecha conocía Mari Loli) y el milagro (cuya fecha, semana, mes, año y día conoce Conchita). Se trata de esperar en oración, en conversión, en Eucaristía que se cumplan las palabras del Señor (Mt 24, 35-36). Nos preocupa la obstinación morbosa y cansina de tantos fieles que exigen que la Iglesia lo “apruebe”. (¿Qué se esconde detrás de todo este deseo?. ¿Poner el campamento, implantar ideologías eclesiales, solucionar un futuro a costa de la Virgen?. Etc…..).

3) Desde “Garabandal”, lugar emblemático se impone la necesidad de CONFESAR con nuestro sincero, certero y converso testimonio que Dios es la verdad del hombre y el hombre la verdad de Dios. Confesar en el “ruido” de momento actual, ruido político, religioso, social, humano, diabólico, que sin Dios y su lejanía caminamos al vacío y construimos el infierno en este mundo. CONFESAR, despiertos ante los ruidos mencionados, pero no angustiados pues Él está a nuestro lado. CONFESAR, atentos a tantas voces disonantes que suenan en este mundo de hoy, pero no desesperados pues nuestra madre es el auxilio de los cristianos, refugio de los pecadores, salud de los enfermos y consuelo de los afligidos. CONFESAR, vigilantes del peligro, pero no obsesionados con Él, pues nuestra Madre es Madre de la conversión y Madre de la Eucaristía. En esta gozosa fecha 2 de Julio 2022 (sesenta y un años) Camina con Ella, edifica un “Garabandal” sin confusiones ni ruidos, sino casa abierta con la madre a la puerta para acoger a tantos peregrinos con sus corazones bloqueados de gozos, esperanzas y sufrimientos. Y confiesa de palabra de Jesucristo, fruto bendito de María es el Señor del hombre, de la historia, del mundo y de todo tiempo.

Con mi afecto y bendición Padre Rolando.

____________________________________________________________________ ACTOS RELIGIOSOS PARA ESE DÍA

11.30 a.m hasta las 18.30 p.m – ADORACION AL SANTÍSIMO (Puedes apuntarte para la adoración). 19.00 p.m Santo Rosario en la calleja como otros años. 20.00 h Eucaristía solemne en la Parroquia. ______________________________________________________________________

Parroquia San Sebastián de Garabandal

Queridos fieles y hermanos:

Impulsados por el Espíritu Santo, para enmarcar todo nuestro ser y existir de cada día en el amor trinitario del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, nos dejamos atrapar por la fuerza del Espíritu para roturar sendas nuevas de esperanza en un mundo enmarañado por las sombras de la indiferencia, del individualismo y de la globalización ( Hc 4, 20,22).

Siempre es Pentecostés en la Iglesia. Jesucristo resucitado presente continúa enviando el Espíritu Santo. Cada época y cada problema tiene la gracia del Espíritu que ayuda en la marcha hacia el más allá. A veces esta nueva gracia queda sin estrenar durante un tiempo hasta que surjan hombres y mujeres fieles a la misma. Y para que se den estos nuevos hombres y mujeres, se han de dar también las características del primer Pentecostés: los apóstoles en oración, en fraternidad y con María la madre de Jesús. Es una constante querida por el Señor.

Dios no regala la historia prefabricada, sino que el hombre la construye con la gracia de Dios. La oración de María, y su presencia, es una nota característica y fundamental del primer Pentecostés y de todo momento eclesial. El Espíritu Santo continúa haciendo a María, y a la Iglesia, Virgen y Madre. No se dan apóstoles ni Pentecostés sin María. La devoción y el amor mariano es garantía de sentido de Iglesia.

La persona se va haciendo humana y creyente cuando se abre a la acción del Espíritu que nos pone en armonía con nosotros mismos, nos conduce al encuentro con los otros en la verdad y la paz, y nos abre a la comunicación gozosa con Dios. El Espíritu nos da la audacia y coraje para caminar en pluralidad de senderos, pero siempre en contacto con la realidad humana e histórica, en el aquí y ahora de la vida, sin un ayer agobiante y sin un futuro ingenuo. Se abren nuevos caminos a la evangelización. Y el estrenar estos caminos necesita hombres nuevos curtidos en la esperanza, el optimismo y la audacia. No valen lamentaciones y añoranzas. Es hora de aunar esfuerzos. Ahora se necesitan más que nunca se necesitan cristianos, de profunda fe, de permanente oración, de generosa disponibilidad, de constante fraternidad y de perspectiva universal. Que Pentecostés sea la fiesta que abre nuestra conciencia a la responsabilidad de aportar lo mejor que cada uno tiene con talante fraterno y de paz (2 Cor 11-12).

Que María, Madre de la Iglesia, nos ayude a salir del cenáculo para hacer una Iglesia más de Jesús y menos nuestra. Que en este lugar, marcado por tantos acontecimientos, se viva la verdad, la profundidad y el compromiso de la fe que es hacer de este espacio un serio Pentecostés, marcado por los dones y carismas tan necesarios en este momento y en esta historia.

Queridos fieles y peregrinos:

Gozosa y renovadora Pascua 2022 bajo la mirada profunda de Dios Padre, el fuego del Espíritu Santo y la alegría de toda la Iglesia.

Pascua es una invitación a vivir en “estado de fiesta” aún en medio de los combates de la vida cotidiana. Cada Pascua es un reto a dar razón de nuestra esperanza al mundo presente (1 P 3-15). Esta esperanza tiene su nombre: Jesucristo y se funda en un hecho: su Resurrección.

Nosotros somos testigos de Cristo resucitado presente en el tiempo y la historia. Ahí está la razón de ser. Y de esta realidad, vivida de una manera totalizante, arranca la luz y la fuerza que evita las frustraciones, las añoranzas y lamentos. Si no se vive la presencia de Jesucristo resucitado, no se comprende nuestra llamada (como bautizados, sacerdotes, religiosos/as). La fuerza de la resurrección de Jesús, el envío del Espíritu Santo, transforma nuestra debilidad. El fruto de la muerte y resurrección de Jesucristo es comunicar el Espíritu para convertirnos en testigos. Un testigo se amasa con la fuerza del Espíritu y la conciencia de la propia debilidad. No se puede ser testigos a ratos. El carisma recibido atrapa totalmente la persona y colorea la vida para dejar entrever y transparentar al Resucitado. Pero no hay testificación de Jesucristo muerto y resucitado sino es en comunión eclesial (en Jerusalén). Jesucristo no se presta al juego de francotiradores, por geniales que sean. Somos testigos del Señor en tanto en cuanto no seamos portadores de nuestros propios intereses y egoísmos, de nuestros popularismos personales por ganar afecto y fama a costa de la gran verdad del Evangelio. Nuestra autenticidad e identidad se manifiestan con alegría y el gozo de ser lo que uno es desde la vida y la palabra: Testigo de Jesucristo resucitado que está presente y ha de venir.

Que la Virgen María regalo pascual a la Iglesia y al mundo, nos acompañe en nuestro peregrinar de esta Galilea a la nueva Jerusalén, proclamando con el corazón, los labios y la vida el sentido de la pascua: “Él es nuestra esperanza” (Col 1,27).

¡Feliz Pascua!

Padre Rolando

Semana Santa 2022


PARROQUIA SAN SEBASTIAN DE GARABANDAL

Tiempo de gozosa esperanza para reavivar con lucidez, valentía y osadía nuestra fe en el RESUCITADO. Cada tiempo litúrgico es un paso más en nuestro caminar a la Pascua de la Eternidad. Somos el pueblo que peregrina en el desierto árido y escabroso del momento presente, con la seguridad de que María, nuestra Madre, camina con nosotros como columna de luz y de frescura ante las noches de la vida y el bochorno de los días (Ex 13, 17-22). Cada año Cristo Resucitado remueve nuestras aguas bautismales y disipa con el cirio pascual nuestros miedos y temores e ilumina nuestro camino de esperanza. Al aire de los vientos que zarandean nuestro tiempo, es importante vivir con realismo y fortaleza esta realidad histórica que nos pone en pie para que no se apodere la angustia y la apatía, si no que seamos luz pascual que ilumina esta realidad escabrosa y preocupante. No es tiempo de encerrarse en el silencio de la fe, si no llamada por la fuerza del Espíritu Santo a ser los testigos de este siglo. La Semana Santa no es un ritual más a celebrar si no una fuerza de renovación personal ante las exigencias abrumadoras que se cruzan en nuestra vida, y así daremos razón de nuestra identidad de creyentes en el mundo de hoy.

Domingo de Ramos 10/ 04/ 2022

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su Cruz cada día, y sígame” (Lc 9, 23-27). Seguir a Cristo implica fidelidad a su persona, a su Evangelio y a su Iglesia, bajo el cuidado de María nuestra Madre, con la fuerza del Espíritu Santo.

HORARIO DE LAS CELEBRACIONES

Domingo de Ramos 10/04/2022 13:00 horas (P.M): Santa Misa y Bendición de Ramos. 19:00 horas: Santo Rosario.

Lunes Santo 11/04/2022 10:15 horas (A.M): Santo Rosario 11:00 horas: Santa Misa. 12:00 horas: Celebración de confesiones

Martes Santo 12/04/2022 10:15 horas: Santo Rosario. 11:00 horas: Santa Misa.

Miércoles Santo 13/04/2022 18:15 horas: (P.M) Santo Rosario. 19:00 horas: Santa Misa.

Jueves Santo 14/04/2022 18:00 horas: (P.M) Eucaristía de la Cena del Señor. 21:00 horas: Hora Santa y a continuación oración al Santísimo.

La Eucaristía debe ser lugar de un amor confesado y compartido, exigencia para dar testimonio de Jesucristo, de su Evangelio y de su Iglesia. Debe ser compromiso diaconal con el hermano. Reto a ser aventureros de amor y de fraternidad en este mundo globalizado. No puede ser tranquilizante con el deber cumplido. No se puede comulgar con Cristo en la más estricta intimidad, sin preocuparnos “Comulgar” con los hermanos y no ser amor militante y activo.

Viernes Santo 15/04/2022 12:00 horas: Solemne Vía crucis. 18:30 horas: Celebración de la Pasión del Señor. 21:00 horas: Santo Rosario.

 

 

 

 

 

 

 

Estamos tan familiarizados con la Cruz del Calvario que ya no nos causa impresión alguna. La costumbre lo domestica y lo “rebaja” todo. El seguimiento a Jesús conduce siempre a la Cruz, implica disponibilidad a sufrir el conflicto, la polémica, la persecución y hasta muerte. La cruz nos remite a Cristo. No adoramos un madero ni un amuleto si no a Cristo que murió por nosotros. La Cruz es fuerza y sabiduría de Dios. Como dice la canción religiosa: “La Cruz es el libro de muda elocuencia que lleva a las almas a la salvación. La Cruz nos descubre e ilumina la espiritualidad del seguimiento a Cristo. El Papa Francisco nos dice: “De la Cruz brota la Misericordia del Padre que abraza al mundo entero”.

Sábado Santo 16/04/2022 12:00 horas: Solemne Rosario a la Virgen. 21:00 horas: Vigilia Pascual.

 

Domingo de Resurrección 17/04/2022 06:00 horas: (A.M) Rosario tradicional de la Aurora. 13:30 horas: (P.M) Eucaristía de Pascua. 19:00 horas: Santo Rosario.

Cada Pascua es una invitación para reafirmar nuestra pertenencia a Dios. Jesucristo Resucitado nos invita a encontrarnos con él y a que nos vinculemos a Él porque es la fuente de vida (Jn 15, 5-15), y sólo Él tiene palabras de vida eterna (Jn 6, 68). El encuentro con el Resucitado en primer lugar cambia el corazón pues nos invita a la conversión. En segundo lugar invita al seguimiento con audacia y valentía. En tercer lugar suscita a la espiritualidad de comunión y en cuarto lugar nos impulsa a ser testigos en nuestro mundo y tiempo, siendo una Iglesia “callejera”; el lugar del cristiano no es la sacristía si no la calle para compartir la alegría de Jesucristo Resucitado compartiendo su amor y su esperanza. Manos a la obra y Feliz Pascua.

Padre Rolando