Año 2023 alertado por realidades humanas-politicas-sociales y religiosas que puedan desestabilizar la paz de belén pero blindado por las palabras de Dios: Isaías 41:10-20…No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha. Todos los que se enojan contra ti quedarán avergonzados y confundidos; los que contienden contigo perecerán, y serán como nada. Cuando busques a los que contienden contigo, no los hallarás; los que te hacen la guerra serán como nada, ¡inexistentes! Yo soy el Señor, tu Dios, que te sostiene por la mano derecha y te dice: «No tengas miedo, que yo te ayudo. Y tú, Jacob, eres como un gusano. Pero no tengas miedo. Ustedes los israelitas, son muy pocos; pero yo soy su socorro.» —Palabra del Señor, el Santo de Israel, tu Redentor. Yo te he puesto como un trillo, un trillo nuevo lleno de dientes; y trillarás montes y colinas, y los molerás hasta reducirlos a tamo. Los lanzarás al viento, y el viento se los llevará; los esparcirá el torbellino, pero tú te alegrarás en el Señor, y tu orgullo será el Santo de Israel. Los afligidos y menesterosos buscan agua, y no la encuentran; la sed les seca la lengua. Pero yo, el Señor, los he escuchado; yo, el Dios de Israel, no voy a desampararlos. Abriré ríos en los montes, y manantiales en medio de los valles; en el desierto abriré estanques de agua, y manantiales en la tierra seca. En el desierto haré crecer cedros, acacias, arrayanes y olivos; en el yermo pondré juntos cipreses, pinos y bojes; y esto, para que todos vean y sepan, y se den cuenta y entiendan, que esto lo ha hecho la mano del Señor; que el Santo de Israel lo ha creado.

Queridos fieles: Para cuando lleguen estas letras-felicitación a vuestras manos, nos hemos acercado ya, de nuevo y un año más, a Belén y descubrir que Belén es una revelación gozosa de Amor Misericordioso que desciende y une su suerte con la nuestra, es una revelación de esperanza, la aventura humana se llena de esperanza (2Cor 8,9), y es revelación de salvación misericordiosa desde una cueva y en un pesebre. Hoy, como hace 2023 años o más, se hace actualidad el texto Evangélico de Lucas (2,8-20), cuyas palabras expresan toda la fuerza de la Navidad. La presencia del “Emmanuel”, (Dios con nosotros) rompe todos los temores de nuestro camino pues no estamos solos, suaviza los fríos de esta historia y fortalece la constancia esperanzadora para seguir la estrella del encuentro (Mt 2, 1-12). La alegría del mundo y de nuestra vida está en el nacimiento del Salvador que es Cristo el Señor. Urge la prisa para encontrar al Nacido como les sucedió a los pastores y los magos (Lc 2, 3-20). Por el volver de Belén, un año más, implica la alabanza y testimonio de lo que hemos visto y oído (Lc 2,20).

Que Dios se encarne en cada uno de nosotros al encontrar en nuestros corazones la apertura al Espíritu Santo y la disponibilidad que encontró en María. Podemos hacer nuestra la exhortación de orígenes: ¿De qué te sirve que Cristo naciera una vez en carne, si no viene también hoy a tu corazón?. Recemos para que acontezca esta venida cada día de tal manera que podamos decir como San Pablo: “Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi” (Ga 2-20).

Que el año estrenado 2023 sea un reto para hacer de nuestro cada día novedad de entusiasmo, llamada a la esperanza de trabajar con libertad y responsabilidad para profundizar nuestra adhesión a Jesucristo, proyecto único y sereno de nuestro ser, llamada a la alegría de su Evangelio como única norma de vida y mirada a su Iglesia como espacio para ser sacerdotes, profetas y reyes.

Te exhorto y a mí mismo a tener como tema de referencia para iniciar el año y en este lugar especial de Garabandal las palabras de la primera carta de San Juan 3,7-10, cuyas frases deben expresar toda nuestra conducta a lo largo del año y siempre.

Que María nos acompañe para vivir nuestro bautismo en oración, fraternidad y misión misericordiosa compartida.

Cálido y cristiano año 2023 para ti y los tuyos. Con mi afecto y bendición.

Padre Rolando