Caminando de la mano de nuestra madre y Señora la Virgen María para sentir los latidos maternales de su corazón en este año 2022 y se hagan realidad las palabras del Salmo 66 “El Señor tenga piedad y nos bendiga”

Año marcado por la profundidad humana y cristiana ante una realidad que nos inquieta y cuestiona nuestra fe ante el momento presente. Un comienzo de año que nos impulsa a afrontar con seriedad, aplomo, osadía, valentía y no digamos con una fe inquebrantable. Pasar página ante la realidad pandémica que nos agita sería un error. Deseo que comencemos el nuevo año con voluntad de renovación ante un nuevo estilo que se nos ha impuesto en este año y medio pasado. La novedad de este nuevo año no nos vendrá de fuera. La novedad solo puede brotar de nuestro interior buscando la fuerza en el Señor por medio de una profunda y constante oración. Despertar en nuestro interior la paz con uno mismo, con Dios y con los demás, ejercitando las obras de misericordia con los que sufren. En Dios todo es comienzo y renovación. Cada año que se nos ofrece es un tiempo abierto a nuevas posibilidades y, en este caso, a desconcertantes realidades que hemos y seguiremos padeciendo por la palabra y realidad pandemia, que nos ha hecho reconocer de nuevo nuestra condición humana herida y vulnerable. Es un tiempo de gracia y salvación en el que nos invita a plantearnos lo bueno y desterrar aquello que nos impide crecer en gracia y humanismo. Es importante escuchar las preguntas que puedan brotar de nuestro interior. ¿Qué espero yo del nuevo año, marcado por la pandemia y tantos brotes? ¿Cómo afrontar los problemas creados por el Covid: desigualdades alarmantes, mientras un millón de personas ante esta situación se hacen más ricos 23 se hacen más pobres, complejidad del control social, la situación sanitaria desconcertante, la alterada y confrontación política en su grado de corrupción? No olvidemos que este momento enmarcado en el año 2022 nos reta a una seria y recia fe, a una profunda espiritualidad, y a embarcarnos en la grandeza de la esperanza cristiana. No podemos olvidar que el año será lo que cada uno aportemos desde un serio compromiso para cambiar lo que es urgente y quitar todo aquello que atenta contra la cultura y dignidad de una persona. Cada tiempo nuevo es una llamada al trabajo y a la esperanza. El tiempo y el momento presente nos retan a ver, discernir y trabajar en la bruma. Cristo se acerca a los hombres en los momentos más difíciles, pero lo hace de una manera disimulada, para no herir y para no atropellar la libertad de construir la propia historia. En estos momentos de bruma también aparece el Señor, pero después de haber trabajado nosotros toda la noche y no estar cruzados de brazos. Bracear sin el Señor es tarea inútil, es año machacado y perdido. Es tiempo para trabajar juntos, con espíritu de fraternidad. Cuando se trabaja en fraternidad se acierta con lo que quiere el Señor durante el año. Este año se nos pide ser creyentes de profunda oración (Trato personal con Cristo), de sincera fraternidad (Comunión eclesial), de auténtico y generoso trabajo ante las circunstancias acuciantes como es este mundo con su represiones, suicidios, violencia de género y la entrada silenciosa pero grave de un comunismo que ataca los grandes valores del ser humano y la cultura de la vida y los vientos huracanados que soplan de todas las partes, y de una firmeza y audaz esperanza que nos impulsa correr hasta la meta para que al final del camino de la vida María nos muestre al Señor.

Que María, la más auténtica creyente, nos ayude a vivir abiertos y disponibles ante las tempestades y calmas del año que hemos inaugurado.

Quiero compartir con vosotros esta reflexión: DOCE CAMPANADAS NUEVAS EN EL 2022 PARA NUESTRO CORAZÓN

1º. Agradece el pasado como don de Dios. . Vive el presente “el hoy” como esperanza y creatividad. 3º. Di “SI” al paso cercano de Dios por tu vida. . Confía, Dios te encomienda cosas grandes. . Valora lo pequeño, llegaros a lo grande. . Mira la vida con sencillez y amor. 7º. Ten paz interior y buen humor, para lo que pase. 8º. Perdona y pide perdón. . Haz algo por el otro y serás feliz. 10º. Atento, estate con el auricular puesto, Dios te habla cada día. 11º. Dios cuenta contigo, no le falles. 12º. Ama a Dios, ama la vida y ama al mundo del creador y que, Santa María, que como Madre, mejor me conoce me ayude a vivir en alegría y frescura de corazón este año 2022 para que bendigamos y demos gracias a Dios, en el cual te queremos presente y ante el cual se abran, se abran como siempre tantos temores y esperanzas.

¡Feliz Año 2022, Señor! ¡Feliz Año Nuevo Santa María! ¡Felices días nuevos, hermanos! Padre Rolando